Hace muchos años cuando era adolescente y empezaron a salirme barritos y espinillas, mi mamá que es de Otaez Durango, me dijo que le pediría a los parientes de por allá que le llevaran jabón prieto y que ese sería un santo remedio para mis granos.
Cuando llegó ese dichoso jabón sacó mi mamá una barra prieta y con un olor no muy agradable, algo cebosa también.
El color era entre café y negro, la tía que llevó el jabón le dijo a mi mamá que con una toallita mojada enjabonara y le sacara espuma y después me tallara la cara con esa toalla y enjuagara, que también me lavara el cabello, que así se me vería muy bonito y brillante.
Sí me estuve lavando la cara con el y también el cabello, este jabón hace bastante espuma y limpia perfectamente, es una cosa curiosa que siendo puro cebo de marrano, elimine la grasa y suciedad de esa manera. Lo cierto también es que es un jabón casero y no lleva aromatizantes ni colorantes así que su olor no es horrible, pero pos tampoco es muy agradable.
Leyendo me entero que una versión de este jabón la hacían los mayas y que se sigue haciendo en algunos lugares de México, sin más ingredientes que manteca de cerdo, ceniza,cal, agua y lejía o sosa; algunas personas tengo entendido que también le incluyen huesos del cuche, pienso yo que para dar más cuerpo y textura al jabón.
Hay quien afirma que este jabón no solo sirve como un efectivo remedio para los granos y espinillas, sino que también elimina la caspa y otras afecciones de la piel; por la lejía incluso sirve como cicatrizante y elimina las manchas más gachas de la ropa.
Aunque el jabón negro no es propiamente mexicano, porque hay versiones de este jabón donde se utilizan grasas y elementos distintos pero que el resultado es bastante parecido, yo estoy hablando sobre la versión que conocí y la que pudiera estar aún al alcance de nuestra mano.
Saludos amigos
Paloma Negra.
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