Hace varios años, cuando apenas tenia yo 13 añitos (ya llovió), mis padres me llevaron de paseo a la ciudad de Zacatecas y pasamos ahí un par de días, pero cuando íbamos de regreso a Durango, nos desviamos a este lugar de ensueño.
Recuerdo una plaza con gente paseando o sentados platicando y probé ahí por primera vez los "duros preparados" chicharrón de harina con repolllo (col) tomate, cueritos de cerdo, pepino, crema y chile.
Entramos un convento ahora museo, en el que vi por primera vez en mi vida objetos maravillosos, trajes (sotanas) llenas de piedras preciosas, libros enooormes con pastas que parecían de madera forradas de piel, con un español extraño para mi y pensé estos pendejos no sabían escribir :/ a lo que mi papá me explicó que no es el español que conocemos, sino tal vez castellano.
Las paredes estaban completamente cubiertas de pinturas y murales; una cosa que me dio escalofrío fue unos cuartitos oscuros donde había objetos extraños y mi papá me dijo que eran objetos de tortura de la santa inquisición, para ese momento de mi vida ya había yo leído sobre la inquisición y los motivos por los que se consideraba un hereje y se les daba mastuerzo; aquello me dio escalofrío porque aquellas paredes habían sido testigos de crímenes contra la vida por una fe impuesta o bien porque era alguien que estorbaba a los intereses de otro.
Mis recuerdos sobre Guadalupe son pocos pero valiosos, no solo por el sitio que conocí siendo una adolescente, sino porque mis padres teniendo tantos hijos, cada año nos daban la oportunidad de ir a uno o dos de nosotros, de viaje con ellos y mi padre aunque no era un hombre de carrera era un hombre leído e inteligente y siempre buscaba una explicación a nuestras preguntas; siento algo de nostalgía y cada año que voy a ver a mi familia paso cerca de ahí pero nunca he regresado, quizá este año lo haga...
Ross.
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