Hace un par de años estaba en el zócalo de Chilpancingo en un evento cultural regional; por primera vez tuve la oportunidad de ver y conocer los sones de artesa, pero ahi quedò la cosa y hasta hace poco tiempo mi pequeña hija comenzó a participar en un ballet de danza folclórica y es que nuevamente escucho y empiezo a conocer de esos mentados sones.
Como es costumbre la gente hace las cosas y no siempre sabe de lo que se tratan y tuve que ponerme a averiguar el porque ese nombre de ARTESA.
Pues resulta que cuando aún los españoles tenían la voz cantante en nuestro país, en algunos sitios de la Nueva España se alojó a esclavos africanos; entre Guerrero y Oaxaca por ejemplo están ubicados los pueblos negros de la Costa Chica. El caso es que en aquellos años cuando había fiestas los africanos escuchaban la música y aunque no eran ellos parte del guateque (pachanga) se ponían a bailar y lo hacían incluso en canoas que hacían resonar sus pasos de baile. De ahí fue que empezó a utilizarse también un cajón de madera de PAROTA (una clase de árbol muy frondoso) llamado ARTESA que era originalmente utilizado para amasar o hacer preparaciones de alimentos.
De ahí la idea de hacer una tarima que sirviera como un pequeño escenario para los danzantes; y obviamente era necesario tener música que fuera adecuada para bailar, en las fiestas grandes de los pueblos puede uno encontrar músicos que amenizan con guitarras, violines y un cajon de madera pequeño que tocan con las manos.
Las piezas músicales aluden a la vida y naturaleza de las regiones, de ahí la rola perrona EL ZANATE (CHANATE norteño) EL PATITO, LAS TORCAZAS, LA IGUANA, EL ZOPILOTE este último me encanta por su letra y la forma en que se baila:
Zopilote de onde vienes?
Yo vengo de la cañada
¡Comites caballo muerto!
Malaya tu cochinada
¿Zopilote de onde vienes?
Cada región tiene sus propios sones y su estilo de baile, además ya no se ubica solamente en la región de la Costa Chica sino también en otras partes de los estados de Guerrero y Oaxaca.
Aunque aclaro que estos sones no se bailan exclusivamente sobre tarimas movibles sino también sobre escenarios formales con ballets folclóricos más grandes, Pero parte del encanto es verlos en las plazas y en eventos casuales, donde la sonrisa de las mujeres y el entusiasmo de los hombres nos hacen aplaudir y hasta tener ganas de subirnos a bailar y hacer sonar el pedazo de madera con un buen taconazo.
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