jueves, 28 de enero de 2016

EL TIEMPO Y LOS PRIMEROS RELOJES.



En nuestros días todos vivimos 
contra reloj, tenemos hora de entrada a la escuela el trabajo, las citas e incluso a nuestro hogar. Aunque eso de tiempo no es un invento de nuestros días, ni tampoco una mala jugada de las malditas rimas que queden con TIEMPO.

Entre los primeros intentos de medir el tiempo, nos remontamos al reloj de sol. El Sol se mueve de oriente a poniente. Durante el día, la sombra de una vara clavada en el suelo gira regularmente. 


Podemos Marcar en el suelo la posición que ocupa la sombra a las distintas horas del día y así habremos construido un reloj de sol.

La regularidad del movimiento aparente del Sol fue observada ya por los pueblos antiguos; durante mucho tiempo fue aprovechada para determinar de forma aproximada la hora. 

Sin embargo, este método tenia el inconveniente de que solo podía usarse durante el día (mejor dicho, durante los días de sol). Antes de que se inventasen los relojes mecánicos, se emplearon otros ingeniosos procedimientos para medir el tiempo: por ejemplo, el nivel que alcanza el agua en un recipiente que se va vaciando lentamente, el de una vela que se va consumiendo con regularidad o el de la arena que va cayendo de un departamento al otro de un reloj de arena.


Incluso nuestro propio cuerpo puede entrarse como un buen reloj, porque hay algunas personas que siempre despiertan a la misma hora todos los días, o van al baño a la misma hora, o les dan ganas de ir al trono a dejar su premio a la misma hora. 

Hoy en día todos o casi todos tenemos un equipo celular que nos da la hora exacta y nos recuerda a qué hora debemos despertar o tenemos alguna cita. Sin embargo aún así nos pasa que nos quedamos dormidos/as o se nos van las cabras al monte y se nos hace tarde. 

Ya por último el mejor reloj y despertador del mundo es nuestra madre con el vaso de agua en la cara y su enojo porque ya se hizo tarde y seguimos jetones zzzz


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