viernes, 26 de agosto de 2016

En Paz... Amado Nervo


Amado Nervo, seudónimo de Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo y Ordaz (Tepic, en ese entonces en Jalisco, hoy en Nayarit; 27 de agosto de 1870 - Montevideo, Uruguay; 24 de mayo de 1919), fue un poeta y prosista mexicano,

En mi adolescencia tuve la oportunidad de participar en un concurso de poesía y oratoria... La verdad perdí gachamente, pero aquel día lo recuerdo como si fuera hoy, pues escuche ee voz de una jovencita de mi edad un poema tan bien declamado que se me quedó profundamente grabado; no solo por el contenido que me parece bellísimo y emblemático. Sino por la voz y la forma de expresarlo. Qué voz tan Hermosa la de aquella jovencita, la recuerdo llegando tarde del rancho de donde venía, todos estábamos con nuestras mejores galas y ella llegó polvorienta y despeinada, con esto no quiero decir que fuera fea nada de eso, una chica de belleza natural, con una larga trenza rubia y ojos profundamente azules.

Y así entre apuros y librándose de ventarrones suspiró y dejo salir de ella misma su voz y sentimiento enterneciendo a todos los presentes... Qué belleza!!!

A 146 años de que Amado Nervo viera la luz por primera vez, siguen y seguirán leyéndose sus letras, como uno de los grandes poetas mexicanos. Dejo para ustedes uno de sus poemas más conocidos, que es además aquel que escuché de la voz de aquella jovencita.

EN PAZ (Amado Nervo)


Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida, 
porque nunca me diste ni esperanza fallida, 
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida; 

porque veo al final de mi rudo camino 
que yo fui el arquitecto de mi propio destino; 

que si extraje las mieles o la hiel de las cosas, 
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas: 
cuando planté rosales, coseché siempre rosas. 

...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno: 
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno! 

Hallé sin duda largas las noches de mis penas; 
mas no me prometiste tan sólo noches buenas; 
y en cambio tuve algunas santamente serenas... 

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz. 
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

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