Me provoca una sensación extraña que la mayoría de las películas extranjeras cuando intentan hacer una escena donde coincida nuestro país, les encanta meter un carnaval o procesión del día de muertos y es que pareciera que para ellos siempre es día de los muertos y que ven como extraña nuestra manera de celebrar o conmemorar ese día.
Y no es extraña, es verdaderamente fascinante, yo no soy católica, pero debo confesar que me encanta esa tradición y que hace varios años pongo un altar, porque me parece una costumbre que no debería desaparecer. Me gusta la manera en como recordamos a los que han sido parte importante de nuestras vidas y finalmente este día tiene como una de sus intenciones el que el alma de nuestros difuntos permanezca en nuestros recuerdos.
No vemos la muerte como un estado con tonos grises, sino como pasar a una vida distinta donde no existen las penas, el dolor, las angustias y donde todo está adornado con bellos colores, con flores alegres, donde están los más ricos manjares y donde podemos compartir vivos y muertos con alegría. Tienen razón los extranjeros al ver con asombro esa manera nuestra de visualizar la muerte.
Bueno ya me extendí mucho en mi introducción, quería hablarles sobre una película Mexicana de 1960, quizá muchos de ustedes la hayan visto por lo menos una vez en su vida. se trata de MACARIO protagonizadada por Ignacio López Tarso. Quien personifica a un campesino que entre su pobreza, anhela comerse un guajolote el solo; el día que por fin puede cumplirse ese gusto, para comer más cómodo y evitar que se le caiga un cacho al piso y sus hijos se lo chinguen; decide ir a esconderse al campo, donde aparecen tres hombres Dios, el Diablo y La Muerte, a los dos primeros los despacha con la cola entre las patas, pues no les da ni un bocadito de su guajolote; finalmente es La Muerte el único que logra persuadir a Macario de compartir su comida y agradecido le regala una pócima con la que Macario podrá hacer milagros y salvar a las personas que estén a punto de morir.
La Muerte le hace la aclaración que solo podrán ser salvados siempre y cuando La muerte esté a los pies del enfermo y si está en la cabecera pues ya "chingó parato" y le toca colgar los huaraches al cristiano. Al principio el no quería cobrar, pero la gente le ofrecía y como dice el dicho " a quien le dan pan que llore".
Todo esto sucede en los tiempos de la inquisición y Macario se vuelve presa de la misma, pero la esposa del Virrey le pide que salve a su hijo moribundo y Macario ve en esto la posibilidad de salvar su vida, pero no contaba con la astucia de la huesuda que por más que le movió la cama nunca se quiso poner a los pies del chilpayate.
Pobre Macario intenta huir, encontrándose a Dios y al Diablo en el camino, hasta que llega a un sitio donde están las velas que son la luz de la vida de cada alma y se lleva la suya que está a punto de apagarse.
Después su esposa encuentra el cadáver de Macario con la mitad del guajolote, lo que hace pensar que todo fue un sueño, el preámbulo a la muerte de Macario...
Bien dicen:
"Que al que le toca le aunque se quite y al que no le toca aunque se ponga"
"De tragones de panzones están llenos los panteones"
"El que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe" (a guajolote)
Después de todo en esta vida lo único que tenemos seguro es la Muerte y eso es algo a lo que nadie va a escapar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario