jueves, 25 de febrero de 2016

Música: La Novena Carta

Historia de una bella canciòn...

Hace mucho, mucho tiempo, cuando era una joven de 14 años que creía que podía morirse de amor y que una guitarra era su mejor amiga.

Recuerdo que aquel inocente día de verano estaba lavando los trastes de la comida y comenzó a rondar por mi cabeza una melodía, a ella se unieron las frases que representaban, en esencia, una experiencia profundamente dolorosa que había tenido algunos días atrás. Y así nació, no hubo musas, ni glamour, ni cartas, porque jamás escribí ninguna, solo un montòn de platos sucios y un corazón roto.

Cuando termine, corrí a tomar mi guitarra y comencé a ponerle pisadas, a darle forma a la canción y finalmente surgió como testimonio genuino del amor platónico y desdichado típico de la adolescencia. Los días que siguieron, me la pase tocando y cantando la canción a solas, casi a escondidas, para hundirme más y más en la tristeza, sintiendo la dulce tortura de amar sin esperanzas y con cada frase y cada nota hacer más grande la herida, convencida de que nadie en el mundo había sufrido tanto como yo, comportamiento también propio de esa edad.

De cantarla a solas, a que mi mejor amiga de ese tiempo prácticamente me obligara a proponerla en la rondalla, a que se grabara y fuera conocida paso la verdad muy poco. Pero para ese entonces, yo ya estaba en otra escuela, inmersa en otros ambientes y sufriendo otros dolores.

He tenido muchas experiencias dulces y amargas desde entonces y cada una me ha dejado aprendizajes en el largo camino que dista de aquel momento hasta hoy. Perdí a seres muy queridos y cercanos, incluyendo a la persona que la inspiro, conocí seres maravillosos con quienes estoy profundamente agradecida por el cariño que me prodigaron el tiempo que compartimos, me case con el amor de mi vida después de varios encuentros y desencuentros y que la vida nos pusiera en un par de predicamentos y uno que otro “dilema”; di a luz a dos niñas maravillosas que son la alegría de mi corazón y Descubrí en la docencia mi verdadera vocación.

Estoy feliz y satisfecha con la vida que he construido y veo con fe y esperanzas el futuro. Todas esas vivencias me han permitido madurar hasta convertirme en quien soy ahora, aunque, al buscar en mi interior todavía puedo ver esa adolescente tímida y soñadora que fui alguna vez.

Por eso, no deja de causarme “sorpresa” encontrarme hoy con personas, algunas de ellas muy jóvenes, para quienes la canción ha resultado muy significativa, convencidas que fue escrita especialmente para ellas. Esto, además de halagarme debo confesar, me lleva a reflexionar que, sin importar cuan distintos y atrevidos puedan parecernos la vestimenta, los bailes y el comportamiento de los jóvenes en el fondo no son muy distintos a como fuimos nosotros, son capaces de conmoverse con una canción, de sufrir por un amor no correspondido y superarlo volviéndose más fuertes; porque ciertamente ninguno de nosotros murió de amor, como tampoco les pasara, y cada experiencia, por dolorosa que sea, nos ayuda a convertirnos en las personas que somos hoy y en las que seguramente ellos se convertirán mañana.

La novena carta dice adiós, adiós a una época, a una etapa llena de sueños, fantasías e ilusiones, que para mí, y espero que para muchos otros, fue el preámbulo, el inicio de uno de los aprendizajes más difíciles y más valiosos en la vida de cualquier ser humano, aprender a amar.


Ana Lucia Maldonado Mellado 




LETRA DE LA CANCIÓN 

Hoy escribí la novena carta
para tener noticias de ti
hoy escribí porque estaba harta
de tan solo de recuerdos vivir

Y comencé con un sencillo Hola!
no encontré otro modo de empezar
y continué preguntando que ha pasado
con tu vida, con tu amor y tu verdad

No pude más, no pude aguantarme
y te conté que hoy te extraño más
pero después te pedí disculpas
prometí no hablar de eso ya jamás...

( verso)
Es la carta novena que te escribo
y con ella mi amor y desvarío
en un sobre de recuerdos e ilusiones
recordando ese loco amor mio
cuando olvide que éramos solamente amigos
te llamo y te busco en el vacío
pero no hay contestación para el envío
solo queda la amargura, el dolor y el olvido
en que has dejado a mi pobre corazón

Después seguí con frases vacías
que no te dicen nada al leer
Y al final una breve despedida
hasta siempre, te recuerdo y nada más...

Y escribí la novena carta
las otras ocho tampoco las mandé
por miedo a que no me contestaras
al sentir tu indiferencia otra vez...

Y escribí la novena carta
gastando llanto, tinta y papel
en cada letra un trozo de mi alma...
Te amo tanto... Y tu a ella también...

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