martes, 5 de abril de 2016

LA MUJER EN LA REVOLUCIÓN


En la actualidad es un tema muy socorrido es de la igualdad de género. Hoy las damas pueden ocupar cualquier puesto, no importa que antes esos puestos eran exclusivos de los hombres, pero la mujer siempre ha estado al pendiente de la actividad de los hombres y sin ellas la vida nunca sería igual.
EN LA REVOLUCIóN MEXICANA
"¡Ah!, qué vida ésta para las viejas —dijo la muchacha— ¡adió! Seguimos nuestros hombres en la campaña para no saber después si están vivos o muertos. Me acuerdo bien cuando Filadelfo me llamó una mañana antes del amanecer —vivíamos en Pachuca— y me dijo—¡Ven, vamos a pelear porque hoy asesinaron al bueno de Pancho Madero! Nosotros nos amábamos solamente hacía ocho meses; nuestro primer niño no había nacido todavía… Y yo dije ¿Por qué debo ir también?, y el contestó ¿Tengo que morir de hambre? ¿Quién me hará las tortillas sino es mi mujer?
Tardamos tres meses en llegar al norte; yo estaba enferma y el niño nació en un desierto igual que este; murió porque no teníamos agua. Esto ocurrió cuando Villa salió al norte después de haber tomado a Torreón.
"La vieja la interrumpió; verdad es, vamos tan lejos y sufrimos tanto por nuestros hombres, para que luego nos maltraten de mala manera esos estúpidos generales. Yo soy de San Luis Potosí, mi hombre era de la artillería federal cuando Mercado vino al norte, hicimos todo el camino hasta chihuahua, el viejo imbécil de Mercado gruñendo siempre por el transporte de las viejas. Dio orden para que saliera su ejercito a atacar a Villa en Juárez, prohibiendo que fueran las mujeres, ¿Es así como vas a proceder desgraciado? Me dije. Para entonces evacuó Chihuahua y corrió llevándose a mi hombre a Ojinaga, me quede en Chihuahua y me conseguí a otro hombre del ejercito maderista, mucho mejor que mi Juan. No soy mujer pa´ dejarme pisotear por nadie por eso ando en la revolución.
VISTA A LA DERECHA
"Ya es bien de día. En el cuartel de la Merced van a reanudar las labores policiacas, comenzando por tomar declaración a la madre, la viuda y la hermana de Aquiles Serdán. Las puertas del calabozo se abren y penetran en el patio, y al llegar a cierto sitio el oficial les manda en voz alta "VISTA A LA DERECHA" la pobre madre agobiada, aturdida, sigue caminando como autómata con la mirada vaga, perdida, puesta adelante y en el suelo. Carmen altiva, rebelde, enconada, vuelve la vista inmediatamente hacia el lado contario, del que le mandaron, sólo Filomena obedece: dirige la vista a la derecha y mira los cadáveres de Máximo y de Aquiles, lanza un grito y cae desmayada.
"Ahí mismo en el patio, en apretada fila se hallan tirados en el pavimento, como cosa despreciable, doce cadáveres llenos de heridas y cubiertos de sangre. Para el gobierno de entonces fueron delincuentes; para la revolución son héroes, pero héroes de quienes al cabo de tanto tiempo, no se conocen bien a bien, ni tan siquiera sus nombres.

"Para que se vea cómo la dictadura castiga a los rebeldes, el cadáver de Aquiles Serdán está expuesto en la calle, en las afueras del cuartel de la merced. "Hierve el gentío."
LA LUCHA INMINENTE
El sangriento episodio de Puebla fue el anticipo de graves acontecimientos, mientras en Puebla ocurrían los hechos sangrientos en la casa de los Serdán, y el cadáver de Aquiles era exhibido como el de un vulgar mitotero, Don Francisco I. Madero acompañados de varios amigos se dirigía a las márgenes del Rio Bravo para esperar una partida de revolucionarios con los que tomaría Cd. Porfirio Díaz (hoy Piedras Negras, Coahuila) lo anterior lo hacia para demostrar que el plan de San Luis no era letra muerta sino la palabra de honor empeñada para salvar a la patria. Los días 18 al 20 de noviembre esperaron en el rancho el indio en territorio mexicano una partida de revolucionarios que nunca llego, por lo que se tuvieron que regresar a San Antonio Texas, pero la suerte ya estaba echada, la revolución nada ni nadie la detendría.
MUJERES HEROICAS
El testimonio del Lic. Adrian Aguirre Benavides nos relata: Estuve con Madero operando en Eagle Pass, Texas, frontera con Piedras Negras, Coahuila, en la organización de efectivos para la compra y el pasarlas a México requería de una gran sincronización; muchas veces eran las mujeres quienes pasaban el parque entre sus faldas, teníamos además la colaboración de los ferrocarrileros las armas pasaban entre el carbón que alimentaba las maquinas y después eran tiradas en el monte donde eran recogidas por nuestros hombres, recibíamos mucho apoyo por parte de los campesinos del norte, llegaban nuestros hombres y eran bien recibidos para nosotros todo, pero para los federales nada las mujeres aquellas preferían tirar la comida y el agua que dárselas a los federales, así nadie comía ni ellas ni sus hijos, era tal el valor de aquellas mujeres que casi puedo asegurar que las primeras batallas fueron ganadas por ellas.
Así eran y así son las mujeres de Coahuila.
La vida sin una mujer a tu lado deja de tener significado, pero pues como decía un buen amigo: "Así es esto."




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