Siguiendo con la TEMATICA
de la GRAN CIUDAD... Toca el momento de hablar de una Colonia que se
encuentra en una de las ZONAS mas CONFLICTIVAS de la GRAN CIUDAD, una de
esas COLONIAS, donde ni la POLICIA quiere entrar...
A continuación, extracto de una Entrevista...
A dos años de que se hizo una profunda limpia en la zona, están resurgiendo las ejecuciones
Sobre la enorme cavidad del cerro del Peñón que quedó después
de ser explotada una mina de Tezontle, se construyeron unidades
habitacionales y campamentos donde un grupo numeroso de delincuentes
encontró el nicho ideal para la impunidad.
Con ellos, miles de
vecinos de este lugar ubicado en Iztapalapa viven con miedo, se cuidan
cuando andan en la calle y al salir a otros rumbos de la ciudad, son
discriminados.
Al entrar al centro de la zona conocida como El Hoyo,
que es la colonia La Joya, se siente la soledad de las calles. La
hostilidad de los vecinos refleja que el ambiente en el que viven no es
nada fácil.
La falda del cerro fue invadida por familias
originarias de la colonia Morelos, Tepito, la Guerrero y la Doctores,
que el gobierno reubicó en la colonia Ejército de Oriente tras los
sismos de 1985, a partir de 1990.
En este asentamiento irregular rodeado de peñascos conocido como El Hoyo,
de difícil acceso y sin vigilancia policiaca, cerca de 300 familias se
instalaron ahí. Las autoridades policiacas calculan que 20% de ellas
formaron parte -a veces sin querer, otras por miedo- de una banda
delictiva que operó bajo el liderazgo de un hombre a quien apodaban El Bebé.
Hasta
hace dos años, durante las madrugadas y reunidos en la cancha de la
calle Pedro Mena, que ahora se utiliza como pensión para automóviles y
venta de drogas en la noche, los robacoches recibían instrucciones de El Bebé para robar autos Tsuru y Volkswagen en diferentes rumbos de la ciudad, señalan los reportes de la Policía Judicial capitalina.
Los
vehículos, dan cuenta los expedientes policiacos, se desmantelaban en
La Herradura, única calle que es entrada y salida a La Joya, a plena luz
del día. Otros de los más de 200 integrantes de esta banda robaban
autos de lujo pedidos a El Bebé, el ídolo a seguir, quien los colocaba en el mercado negro y en complicidad con policías.
Durante
el día los camiones robados cargados de refresco, abarrotes,
electrodomésticos o diversos eran descargados por hombres, mujeres y
niños de la comunidad. Todos tenían derecho a quedarse con parte de lo
robado y adquirían la obligación de defender a los delincuentes cuando
la Policía intentara detenerlos.
A la entrada de La Herradura
instalaron como postes dos rieles del ferrocarril y una cadena gruesa
para evitar que las patrullas entraran, o para encerrarlas en caso de
que se atrevieran a atravesar los enormes topes.
Pero las cosas cambiaron radicalmente para los habitantes de esta zona de El Hoyo.
Francisco Castro Herrera, ex jefe del sector Oasis de la Policía
Preventiva, fue consignado penalmente porque supuestamente protegía a
los delincuentes. Asimismo, partir del 1 de abril de 2004 se sustituyó a
toda la plantilla de uniformados y entraron 400 policías bancarios al
sector IZP6 de la Secretaria de Seguridad Pública del DF.
La Nueva Policía:
La primera acción de los policías bancarios fue colocar patrullas durante las 24 horas en los cuatro accesos a El Hoyo. Los vehículos robados eran abandonados por los delincuentes antes de llegar a su destino.
La
creación de un grupo de reacción capacitado para la lucha cuerpo a
cuerpo fue la clave en contra de los integrantes de la banda asentada en
esta zona.
El 28 de diciembre de 2004, la base Oasis recibió un
llamado anónimo que denunció que en La Herradura estaban descargando una
camioneta con electrodomésticos robados. Al llegar, los patrulleros
detuvieron a dos cargadores y comenzó una batalla campal.
"Bájenlos de la patrulla, policías desgraciados", gritaron las señoras y se pusieron a chiflar.
"Primero
comencé a defenderme con la tonfa (macana policiaca); después, cuando
empezaron a tirar ráfagas de fuego, que tiro la tonfa y a disparar. Diez
minutos después llegaron dos helicópteros y patrulleros de todos los
sectores aledaños. Nos trajimos a nueve detenidos", relató uno de los
policías, orgulloso.
"En una ocasión llegamos por un taxi robado y
se armó otra batalla campal; hubo más de 45 lesionados, de ellos,
nosotros sólo fuimos nueve con moretones pero se aguantaron, nadie
levantó acta. Todos tenían averiguaciones y órdenes de aprehensión",
dijo otro de los policías.
Desde 2004 a la fecha los uniformados del sector Oasis lograron detener a más de 200 habitantes de El Hoyo
que fueron consignados al Reclusorio Oriente. Seis delincuentes de
diferentes colonias han muerto en enfrentamientos y sólo un policía ha
caído en cumplimiento de su deber.
"Mira, Chilindrina, y tú, Nenuco, sigan deteniendo a mi gente. Ya llevas 50 y te voy a vaciar todo el cuerno de chivo", amenazó El Bebé a los dos uniformados que estaban encargados de vigilar la zona de patrullaje que comprende El Hoyo.
Pocos
días después, este delincuente fue detenido por el asesinato cometido a
sangre fría contra un custodio durante un asalto a Cometra en
Lindavista.
Los Vecinos:
Hoy parece resurgir la violencia en esta zona de Iztapalapa. Dos nuevas ejecuciones se han registrado en menos de 10 días.
Los vecinos en la zona insisten: hoy la mayoría no son delincuentes pero siguen viviendo con miedo.
La
Joya es una colonia que durante las mañanas parece deshabitada; sólo
algunas madres llevan a sus hijos a la primaria. Hasta el atardecer las
calles cobran vida y en la noche parece el mediodía.
Los
habitantes de esta zona se establecieron desde hace más de 25 años y
reconocen que un gran porcentaje de quienes ahí viven se dedican a
delinquir y la utilizan como refugio para escapar de la policía.
Los
vecinos reconocen que se han aplicado operativos y que la Policía de
pronto actúa, pero cuando se relaja la vigilancia surgen nuevos líderes.
"El último operativo de la Agencia Federal de Investigación (AFI) fue hace cinco años, cuando capturaron a El Negro, un distribuidor de droga a gran escala. Ahora deberían venir por El Pechugas", reclamaron.
Reconocieron
que la Policía Preventiva del sector Oasis ha hecho un buen trabajo al
encarcelar a más de 200 robacoches en tres años.
Los vecinos
aseguraron que la mayoría de los habitantes de La Joya son gente que
trabaja en diferentes oficios y han logrado que muchos de sus hijos sean
profesionistas; sin embargo, calculan que aún están libres un centenar
de delincuentes que durante las noches se apoderan de la colonia.
"Vivir en El Hoyo
es sufrir discriminación. Cuando buscas un trabajo y te preguntan dónde
vives, al saber que eres de aquí te niegan la oportunidad. No todos
aquí somos delincuentes.
"Hay que soportar balaceras durante las
madrugadas los fines de semana, que la policía llegue a tu casa por la
noche y se metan en busca de algún delincuente", lamentó uno de los
vecinos.
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