Iztalapa, una de las Delegaciones mas conflictivas, peligrosas y sobre pobladas de la Ciudad de MExico, es tambien lugar como desde hace 70 años, de... LA PASION DE CRISTO.
Los Festejos de Semana Santa de Iztapalapa son Patrimonio Cultural
Intangible de la Ciudad de México. Desde hace 172 años, millones de
mexicanos y turistas extranjeros han rememorado en el Cerro de la
Estrella de Iztapalapa, la pasión de Cristo, la historia de cómo el hijo
de Dios sufrió por el perdón de los pecados de la humanidad.
Desde 1843 en el Cerro de la Estrella o Huizachtepetl se conmemora la
Pasión de Cristo. Diez años atrás, en 1833, los pobladores afectados y
preocupados por la epidemia que azolaba a su comunidad, invocaron las
imágenes de Cristo que se veneraban en sus respectivas ermitas de los
barrios originales de Iztapalapa para que terminara la ola de muerte que
se cernía entre sus familiares. A los pocos días, según cuenta la
historia, la mortandad por el cólera cesó. Además del milagro de haber
parado la epidemia, en San Lorenzo, uno de los pueblos de Iztapalapa, el
Cristo invocado los favoreció con un agua milagrosa, pues del pie de un
ahuehuete brotó un manantial y con el agua que de ahí emanó curaron a
los enfermos y a la gente de los pueblos del sur.
Como muestra de su agradecimiento a Cristo por haber escuchado sus
ruegos, los habitantes de esa región iniciaron la representación del Vía
Crucis, que hasta nuestros días ha recorrido tres siglos, de 1843-2013.
Desde entonces, cada año, niños, jóvenes, adultos y ancianos de ocho
barrios de Iztapalapa: San Lucas, Santa Bárbara, San Ignacio, San Pablo,
San José, San Pedro, La Asunción y San Miguel salen a las calles a
representar la Semana Santa. Es así como sus calles y colonias ubicadas
en el perímetro del Cerro de la Estrella, se transforman para
representar el pasaje doloroso de Jesús.
Ninguna versión es igual a la anterior, la modificación de
escenarios, los papeles que se heredan, la elección de la joven y el
varón que representarán a Jesús y María, así como los pasajes de la vida
de Cristo que van agregando año con año, y los diferentes personajes
que le dan vida a esa escenificación, la hacen diferente cada año. A lo
largo de estos tres siglos las representaciones se han tenido cientos de
actores con parlamento, en cuadros internos, miles de extras y al menos
dos mil nazarenos registrados, de los cuales sólo uno, será el
afortunado de cargar la Cruz de 90 kilos de peso por los dos kilómetros
de trayecto. Durante cinco días miles de creyentes, turistas nacionales y
extranjeros, observan los pasajes más importantes de la Pasión de
Cristo, a través de escenarios, paisajes, iglesias, capillas, calles,
parte del Cerro de la Estrella, explanada del Jardín Cuitláhuac y
algunas estructuras levantadas para la ocasión.
La conmemoración de Semana Santa en Iztapalapa, ha sido tan
importantes que en 1867 don Benito Juárez protegió la escenificación.
En 1914, el General Emiliano Zapata prestó los caballos de su
ejército, así como la ayuda económica para la realización del
acontecimiento.
Todos los actores participantes, rigurosamente seleccionados, deben
reunir algunos requisitos como: capacidad histriónica, mímica, voz clara
y potente, facilidad de palabra, apariencia según sea el personaje a
interpretar, haber nacido en el pueblo, ser hijo de padres oriundos de
Iztapalapa; no tener vicios y ser de la religión católica.
Para representar a Jesucristo los candidatos deben tener los
atributos físicos necesarios para resistir el traslado durante toda la
representación que inicia con el Domingo de Ramos. Pero sobretodo, el
trayecto del Viernes Santo cuando es condenado llevando a cuestas la
cruz de madera que pesa aproximadamente 90 kilos (tal como lo estipulaba
el código penal romano de aquella época) y soportando además caídas y
golpes de los soldados romanos.
La representación del Vía Crucis en Iztapalapa comienza con el
Domingo de Ramos, con la bendición de las Palmas en la Parroquia de San
Lucas, y la Entrada Triunfal de Jesús de Nazaret a Jerusalén, en el
santuario del Señor de la Cuevita. El jueves Santo: se celebra la
procesión por las principales calles emulando la visita a las Siete
Casas, que en este caso es a los ocho barrios; la última cena; el
lavatorio en el Jardín Cuitláhuac; la Oración en el Huerto de los Olivos
y la Aprehensión, en el Cerro de la Estrella. El Viernes Santo día de
la Tragedia Litúrgica: El Juicio: Presentación del Nazareno ante Poncio
Pilatos; los clarines anuncian que El Redentor ha sido condenado: Azotes
y Coronación se escenifican en la explanada del Jardín Cuitláhuac.
Acto seguido, inicia el Vía Crucis rumbo al Gólgota (Cerro de la
Estrella): en este trayecto se representan las tres caídas, la primera
en la calle de Ayuntamiento (calle de Cuauhtémoc) las otras dos en la
Calle de Hidalgo y Estrella, se escenifican los demás pasos al Calvario.
Cientos de Nazarenos que también llevan a cuestas su cruz y corona de
espinas, centuriones, soldados romanos y heraldos abren paso al Mecías
acompañado por sus discípulos, vírgenes y samaritanos; detrás los
clarines y una banda tocan la Marcha Dragona. Crucifixión con los
villanos Dimas y Gestas, la presencia de Judas en la horca; a las tres
de la tarde, da fin esta representación de la Pasión y muerte del Hijo
del Hombre en el Cerro de la Estrella en Iztapalapa.
Es así como inició la tradición de escenificar la Pasión de
Cristo en el Cerro de la Estrella, la cual es reconocida a nivel mundial
y puede ser una de las actividades a las cuales puede asistir con
motivo de los festejos de la Semana Mayor en la Ciudad de México.
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